jueves, 26 de diciembre de 2013

Navidad 2013

La Natividad del Señor no es una noche mágica y edulcorada: es el recuerdo del Emanuel, el Dios con nosotros: el niño que es la Vida y que sin embargo, nació para morir.
El, verdadero Dios y verdadero hombre, murió por nosotros, y con su muerte y resurrección  redimió al género humano y venció al príncipe de este mundo.
Tal nuestra Fe. Y de la Fe al testimonio existe un corto trecho. Quizás por ello al día siguiente de Navidad se conmemora a San Esteban, protomártir cristiano. Pues martirio y testimonio tienen un mismo significado.
Recordemos que nunca ha habido tantos mártires como en nuestra época; cada día, cada año la lista se acrecienta. ¡Pero estemos alegres y prestos, pues la sangre del martirio está probada de ser fecunda!
¡Que el Niño Dios nos traiga una Fe renovada para el año 2014!
Una Fe grande y profunda, como una cruz indeleble que resalte en nuestras frentes, y que sea a prueba de los acontecimientos del siglo.